lunes, septiembre 30, 2013

La historia de "Annabelle" la muñeca de "El Conjuro"


Con el estreno de la película del director James Wan, “El Conjuro” (The Conjuring) llamada “Expediente Warren” en España, todo el Internet se ha hecho eco de lo que hay detrás de dicha película ‘basada en hechos reales’ del caso de la familia Perron de Harrisville, Rhode Island - Estados Unidos.

Sin embargo, fuera de la trama de la película y los hechos en los que se basó, hay una parte del film en la que aparece una muñeca poseída por los espíritus malignos de la casa de los Perron que en el caso real no estuvo presente sin embargo tiene una historia de fondo igual de inquietante (aunque claro, la muñeca de la película es muy diferente a la real pues fue necesario cambiarla para que luzca más macabra). Por supuesto, la historia de la familia Perron da para escribir muchos post más, pero será para un post futuro. Por ahora, nos vamos a centrar en “Annabelle” (Anabel), la muñeca embrujada.

Los antecedentes de los Warren

El director de El Conjuro, James Wan, conocedor de la historia de Annabelle, quiso incluirla en la película aunque esta no formara parte de la historia original de los Perron pero sí que forma parte de la historia de los Warren. 
Ed Warren y Lorraine Moran de Warren eran una pareja de esposos dedicados a la investigación de casos sobre lo paranormal y sucesos sobrenaturales. Ed era un reconocido demonólogo a pesar de no ser un ministro ordenado de la iglesia católica y su esposa Lorraine una psíquica y médium espiritista que en 1952 fundaron la Sociedad de Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra dedicándose de lleno al estudio de casos inexplicables.

El matrimonio Warren saltó a la fama mundial gracias al célebre caso de la casa embrujada de Amityville, ya que fueron los primeros investigadores y parapsicólogos que llegaron allí para su investigación luego de que se hicieran conocidos los supuestos hechos paranormales de esa casa. 
Fue precisamente dando unas charlas sobre su experiencia en Amityville y otros misterios, que los Warren fueron contactados por los Perron para que les ayuden con sus espeluznantes experiencias.

En toda su carrera, los Warren dicen haber estudiado hasta unos 3000 casos inexplicables de sucesos paranormales reales y el que más les llamó la atención o marcó su carrera desde su propio punto de vista fue el caso de los Perron. En su lecho de muerte (en agosto de 2006), Ed le rogaba a su esposa Lorraine que no se olvide de ese caso de la familia Perron, pues estaba seguro que habían despertado a una entidad maligna y poderosa en esa casa, la cual seguramente continua allí.

Los Warren incluso crearon un Museo del Ocultismo en Connecticut, donde la gente puede ir a visitas guiadas y conocer las experiencias que se ocultan detrás de los cientos de reliquias que ellos coleccionaron a lo largo de su carrera. Precisamente en el centro de una de las paredes de dicho museo se encuentra una caja cerrada a modo de urna, cuya puerta de vidrio permite ver en su interior a una adorable muñeca de trapo de gran tamaño pero que tiene dos advertencias escritas sobre la caja: “No toques nada” y “Advertencia: De verdad, no abrir”.



La real Annabelle

La historia de espanto de la muñeca Annabelle comenzó en 1970, cuando una madre compró en una tienda especializada a esta vieja muñeca de trapo, de la tradicional línea de productos infantiles conocidos como Raggedy Ann, para regalársela a su hija Donna, una joven que por ese entonces estudiaba enfermería. 
El personaje de la muñeca había sido creado por Johnny Gruelle en 1920 y se destacó en una exitosa saga literaria. A partir de 1935 sobresalió como uno de los productos infantiles más vendidos en los Estados Unidos que inclusive llegó a tener sus propios cortos animados a cargo de los legendarios Estudios Fleischer, responsables de los primeros dibujos de Superman y Popeye. Para 1970 esta clase de muñecas no habían perdido su vigencia y seguían generando atracción en niñas y coleccionistas de juguetes.

La pesadilla comienza

Lo primero que hizo Donna con su regalo fue ponerla sobre su cama. Donna compartía su apartamento con una amiga llamada Angie y a los pocos días ambas sintieron que comenzaron a suceder cosas extrañas.

La muñeca, que siempre era dejada por su dueña en el dormitorio o en un sillón en una posición horizontal y con las piernas cruzadas, comenzó cambiar de posición, un día las jóvenes llegaron a la casa y se encontraron con la pequeña Annabelle arrodillada frente a la puerta de entrada. La muñeca empezó a aparecer misteriosamente en otras partes de la casa. Aparecía en el comedor, sentada en posición vertical o de pie, como si de repente hubiera comenzado a moverse por sí sola y se trasladaba por los cuartos.
Para empeorar la situación, las dos moradoras del apartamento comenzaron a encontrar mensajes escritos en un papel de pergamino, con una letra de niño pequeño, que decían: “Ayúdanos” y “Ayuda a Lou” (Lou era el nombre del novio de Donna).

La primera reacción fue el temor de que alguien estuviera entrando en la propiedad para hacer ese tipo de bromas pesadas. Donna y Angie decidieron tomar precauciones por miedo que se tratara del algún delincuente y fue por aquellos días cuando la situación empeoró. Una noche al entrar en su cuarto Donna encontró a la muñeca sobre su cama con las manos manchadas por un líquido que parecía ser sangre. La situación había asustado tanto a las jóvenes que decidieron acudir a una médium que se encargó de revisar la muñeca y realizar una sesión de espiritismo en el apartamento. De ese modo supieron que el presunto espíritu que animaba a la muñeca correspondía al de una niña de siete años llamada Annabelle Higgins, quien había muerto hace muchos años y que solía jugar sola en un campo donde luego sería construido el edificio de apartamentos donde ahora vivían Donna y Angie.

El supuesto espíritu, le comunicó a la médium otra cosa inquietante. Dijo que se sentía en paz viviendo con Donna y Angie, por lo que quería seguir viviendo con ellas bajo la forma de la muñeca y les pedía que la aceptaran para que pudiera ser amada y cuidada por ellas. Conmovidas por la historia las estudiantes de enfermería entonces aceptaron al espíritu en sus vidas y comenzaron a llamarla “Annabelle”. 
Para Lou la decisión de su novia le parecía una completa locura y le aconsejó reiteradas veces que se deshiciera de la muñeca. Él mismo fue el primero en sufrir las consecuencias. 

El joven no sólo había querido deshacerse de la muñeca desde la primera vez que la vio, sino que también comenzó a sufrir recurrentes pesadillas con el juguete. Una noche, tuvo una pesadilla en la cual miró al pie de su cama y vio, estupefacto, la aterradora figura de la muñeca de trapo que trepaba por su pierna en cuestión de segundos e intentó estrangularlo, aunque sólo consiguió desmayarlo.

Tras despertar, Lou se dirigió de inmediato a la casa de su novia decidido a destruir a la muñeca. Pero, tras llegar y saludar a Donna, los tres jóvenes escucharon ruidos procedentes del dormitorio de la chica, como si varias personas estuvieran caminando allí. Al entrar a la habitación no había nadie, excepto Annabelle que yacía sentada en una esquina en el suelo. En ese preciso momento Lou sintió como si hubiera “alguien” detrás de él observándolo, cuando se agachó para agarrar a la muñeca sintió en el pecho un agudo dolor. Cuando se abrió la camisa, descubrió que tenía siete marcas como de garras, tres verticales y cuatro horizontales, como si hubiera sido rasguñado por la muñeca, dichas marcas desaparecieron en un par de días.

Convencidos definitivamente que el espíritu que animaba a la muñeca era hostil y maligno, Donna y sus amigos se pusieron en contacto con algunas autoridades eclesiásticas como el padre Egan, quien era un respetado sacerdote de la comunidad de Connecticut y cuando escuchó la historia que le contaron las estudiantes de enfermería enseguida supo que se trataba de una situación paranormal.

Como no quería sacar falsas conclusiones discutió los hechos con el Padre Cooke, quien tenía una posición elevada dentro de la Iglesia y conocía a dos expertos en demonología que iban a saber como tratar el caso y descubrir si realmente se trataba de la presencia de un espíritu maligno en la casa de las chicas.
Fue así, como se pusieron en contacto con Ed y Lorraine Warren.

La espeluznante verdad

Los investigadores trabajaron en el caso hasta que llegaron a la siguiente conclusión…
“Annabelle Higgins” no existía en realidad sino que se trataba de una entidad demoníaca y las estudiantes de enfermería habían cometido serios errores que les podían haber costado la vida: además de creer que el “espíritu” era una inocente niña, encima le dieron un nombre (Annabelle) y aceptaron voluntariamente su presencia en el hogar y en sus vidas. 
En el momento en que le dieron reconocimiento a la muñeca también le dieron poder al demonio que la utilizaba, por lo que nunca las dejaría en paz
Lou había sido atacado porque era una amenaza para la entidad paranormal, ya que él quería deshacerse de la muñeca que era el medio por el cual el demonio estaba atado a nuestra realidad y tenía acceso a las jóvenes.

Por lo tanto, Ed Warren determinó que la muñeca no estaba “poseída” sino embrujada, que es algo muy distinto. A lo largo de su carrera descubrió que los espíritus no poseen objetos materiales sino a personas.

Por lo tanto, en la casa de Donna había una entidad demoníaca que se encargaba de movilizar la muñeca para crear la ilusión de que estaba viva. La muñeca era simplemente un objeto que el espíritu demoníaco usaba para atraer la atención de las jóvenes. Su verdadero objetivo era poseer a Donna.


Annabelle entre otras reliquias de los Warren

Los Warren, para mantener a salvo a los tres jóvenes, decidieron llevarse a Annabelle a su casa y lo consiguieron a duras penas. En el viaje el motor, la dirección y los frenos del auto comenzaron a fallar y los desperfectos sólo cesaron cuando Ed Warren roció a la muñeca de trapo con agua bendita. Ya en el domicilio de los investigadores, la muñeca siguió dando problemas. Levitó al menos un par de veces y comenzó a aparecer en las distintas habitaciones de la casa, incluido en el mismo asiento del estudio de Ed Warren.

Lorraine Warren llevando consigo a la real "Annabelle"

Los Warren, convencidos que la muñeca estaba embrujada por una entidad demoníaca, contactaron al sacerdote Jason Bradford para que hiciera un exorcismo. Pero éste, al ver a Annabelle exclamó: “Es sólo una muñeca de trapo. No puede hacer daño a nadie”. Increíblemente, cuando el religioso se retiró de la casa de los Warren –sin haber realizado el exorcismo- su auto sufrió un desperfecto en los frenos y terminó fuera de la carretera. El sacerdote salió con vida de milagro, aunque su auto quedó destrozado.

Finalmente los Warren junto con el sacerdote Cooke decidieron hacer un exorcismo en la casa para limpiar el lugar de la energía maligna y negativa que había en todas las habitaciones.

Como no podían tener la seguridad que el ente demoníaco se hubiera desapegado de la muñeca por completo, los Warren decidieron llevarse con ellos al juguete para que no terminara en manos de otras personas que vivieran lo mismo que las jóvenes universitarias.

Es así como, luego de los sucesos paranormales de Annabelle en su propia casa, los Warren decidieron encerrar a Annabelle en esa caja especial cerrada con llave y puerta de vidrio en su Museo del Ocultismo. Desde entonces la muñeca nunca más se movió pero volvió a ser noticia hace unos años por un hecho misterioso…

Una pareja de adolescentes fue un día al museo. El muchacho que estaba acompañado de su novia se burló de la muñeca y la historia que contaron los guías y empezó a golpear la caja donde estaba encerrada.

El propio Ed Warren tuvo que despedirlo del museo y la pareja se retiró en una moto. Mientras el joven seguía haciendo chistes sobre Annabelle perdió el control de la moto y terminó estrellado contra un árbol. El chico murió en el acto y su novia estuvo un par de meses internada en un hospital. ¿Habrá sido responsable el ente que sigue vinculado a la muñeca? Es algo imposible de comprobar.

Sin embargo, la trágica anécdota siempre se les narra a los turistas en el museo de los Warren para evitar que otro chistoso decida hacer bromas frente a la presencia de Annabelle. Estos hechos se hicieron públicos cuando se publicó en 1980 el libro de Gerald Britlle, “The Demonologist: The Extraordinary Carreer of Ed and Lorraine Warren” que recientemente fue reeditado en inglés con motivo del estreno de la nueva producción del director Wan.

El presente de la muñeca "Annabelle"

Los entendidos afirman que la urna de cristal donde descansa Annabelle –sobre la que reposan un crucifijo y una estampa bendita- parece evitar que la muñeca se traslade a otros lugares aunque algunos afirman que de vez en cuando la muñeca cambia ligeramente de posición dentro de la urna, y no son pocos los que especulan que la agresiva entidad que le dictaba sus movimientos sigue allí, a la espera del día en que ese objeto aparentemente inocente pueda ser libre y consiga llamar la atención de alguna otra alma ingenua.
 
Lorraine Warren en su Museo del Ocultismo con Annabelle a sus espaldas

Actualización 2019: Como ya es conocido por la mayoría, Lorraine Warren falleció el 18 de abril de 2019 a causa de un paro cardiorespiratorio. Ahora es su hija y otros familiares quienes mantienen el museo del Ocultismo que ella y Ed crearon.
Actualización 2020: El 14 de agosto de 2020, Annabelle volvió a ser noticia mundial ya que varios medios de comunicación publicaron que la muñeca maldita había "desaparecido". Pero todo se trató de un malentendido al encontrarse clausurado el Museo del Ocultismo de los Warren por incumplir ciertas leyes municipales; por lo que la familia entregó todos los objetos al yerno de los Warren para su cuidado. Sin embargo, algún usuario publicó en la página oficial de Wikipedia que Annabelle "había desaparecido" y entonces la noticia equivocada se regó por todo el mundo siendo objeto de miles de reportajes y hasta memes. Este hecho fue tendencia mundial en redes como Twitter con el hashtag #Annabelle que tuvo más de 700.000 tuits.

Como vemos, la famosa Annabelle sigue dando de qué hablar, décadas después de los hechos con la familia Warren, que la catapultaron a la fama.

Puedes conocer más sobre sus historias y los eventos o actividades que se realizan en su Museo del Ocultismo, visitando www.warrens.net